Plan padrino
Este año, al ser mi último año escolar, tenemos la oportunidad de ser parte del plan padrino del colegio, en el cual tal como se menciona, consiste en apadrinar a un niño de los primeros cursos escolares. A mí me designaron a Diego Alejandro Romero, quien da la casualidad es el hermano menor de uno de mis amigos más cercanos.
En el primer encuentro que tuvimos de plan padrino, llegue a conocer la carismática personalidad de Diego, un niño bastante alegre y cariñoso. Todos los de 11 llegamos disfrazados de piratas con dulces para cada uno de nuestros niños, cuando se los entregue a Diego le explique que se los podía comer de a poco, para así evitar enfermarse y así lo hizo. En el momento de realizar las actividades, acató muy bien las instrucciones y hacerlo todo, para luego jugar con él. Ana Salgado también fue parte de esta experiencia, puesto que ese día su niño no había ido al colegio, así que decidió hacer las actividades junto con Diego y conmigo.
Al finalizar las actividades procedimos a dejarlo en su salón y quedamos en que la próxima vez que nos viéramos le iba a llevar de sus gomitas favoritas, siempre y cuando se comiera los dulces que le había llevado ese día, despacio y con responsabilidad.
Parte 2
En el segundo espacio designado para plan padrino, ya estábamos en cuarentena, por lo que cualquier tipo de actividad presencial fue descartada y se remplazó por la idea de que cada padrino le hiciera a su niño un cartel, bastante creativo en el cual lo incitara al buen lavado de sus manos, de una forma dinámica.
Para esta actividad, decidí hacer un cartel un poco más personalizado, recordando las cosas que Diego me había dicho la vez anterior, donde me habló de que su juego favorito era uno de Luigi Bross.
Juan Pablo Méndez, el hermano de Diego, me afirmó que el cartel le había gustado muchísimo y me pidió guardárselo hasta que nos viéramos para entregárselo.
reflexión
El proyecto no ha sido finalizado
